viernes, 7 de mayo de 2010

Expertos reivindican que las escuelas inclusivas garanticen el aprendizaje de las personas con síndrome de down

El catedrático de la Universidad de Manchester y codirector del Centro de Estudio para la Equidad en Educación de dicha universidad, Mel Ainscow, reivindicó este viernes la eficacia de las escuelas inclusivas en el sentido de que "deben garantizar, no sólo la presencia de personas con necesidades especiales en ellas, sino también su aprendizaje".

Así lo declaró durante su intervención sobre la Educación para la vida y acceso a la cultura de su comunidad del colectivo de personas con síndrome de Down, que tuvo lugar en Granada, en el marco del II Congreso Iberoamericano sobre el Síndrome de Down.
Ainscow aseguró que "hay que trabajar por el cambio del sistema educatvo". Un proyecto "muy difícil" para el que "necesitamos a los políticos, al profesorado, a los alumnos y, por supuesto, a las familias de las personas con necesidades especiales". "Las familias conocen a los alumnos, por eso es necesario una visión compartida de cómo tienen que ser las escuelas".
Asimismo, Mel Ainscow explicó que "en una escuela inclusiva, las diferencias son vistas como recursos porque estimulan la creatividad del profesorado. Estos centros están dirigidos por valores". "Tenemos que convencer a toda la sociedad de que estos centros beneficiarán a todos los alumnos, no sólo a aquellos que tengan necesidades especiales", añadió.
Ainscow mostró también su convicción de que el cambio hacia una educación realmente inclusiva "es técnicamente, pero socialmente complicado", ya que las barreras más importantes "están en las ideas y las concepciones de las personas". Por este motivo, destacó la importancia de contar con "escuelas modelo que demuestren que se trata de un sistema posible".
Por su parte, el profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, Gerardo Echeita, señaló que, además, existen otras barreras que limitan los derechos básicos de las personas con síndrome de Down en materia de educación, como son las propias normas de los centros, las acreditaciones de enseñanza, las barreras particulares de cada aula, la formación de los profesores, la sobreprotección de las familias o las agendas sociales contradictorias en las que compiten "equidad y éxito".
Sin embargo, recordó que en la actualidad tanto el movimiento asociativo como las familias y el mundo de la investigación, cuentan con unas conviccones comunes, además de experiencia e instrumentos para planificar el ámbito educativo y social.
"No trabajamos por el beneficio de nuestros familiares o de una minoría con necesidades especiales, si no por una escuela donde todos los alumnos puedan aprender desde el respeto a los principios de igualdad, dignidad intrínseca y justicia que vela por la no discriminación", concluyó.
El Congreso contará con la participación de más de 100 voluntarios, más de 400 jóvenes con discapacidad intelectual, casi 300 profesionales, con una representación de más de 17 países iberoamericanos: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela; además de Portugal y España.

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